Comentario
Uno de los ceremoniales japoneses más influenciados por la religión zen es, sin duda, la ceremonia del té y todo el protocolo en torno a ella. El Chado o vía del té es un camino de realización personal entroncado con la disciplina zen. La ceremonia del té ya existía desde el
periodo Nara, pero se encontraba recluido en monasterios y templos. El monje Eisai y su discípulo Myoe contribuyeron de forma fundamental a su expansión que, bajo el mandato de Ashikaga Yoshimitsu, estableció una reglamentación bastante rígida. Éste encargó a la familia guerrera Ogasawara la codificación de la ceremonia, viendo la luz una obra de doce volúmenes llamada Sangi-itto-Soshi. La configuración definitiva del ritual del té se le debe atribuir, sin embargo, al maestro Noami (1397 - 1471) y su obra, que le dieron el carácter definitivo de "vía". Los grandes maestros del té brillaron especialmente a finales del periodo Muromachi e inicios del Momoyama. La labor de protección y mecenazgo de las artes que realizaron determinados shogunes, como Yoshimitsu, dio lugar, además de las transformaciones en la ceremonia del té antes citada, a la configuración definitiva del teatro noh.